¿Es normal que ronque?. 

Ronquidos y riesgos para la salud

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Ronquido tiene riesgos en Salud

El ronquido por mucho tiempo fue considerado un evento anecdótico, sin embargo, el desarrollo del conocimiento científico de los últimos 20 años, lo ha ido relacionando con riesgos en salud.

Los estilos de vida, el sedentarismo, la alimentación desequilibrada ha contribuido a altas tasas de sobrepeso/obesidad en población adulta y cada vez más frecuente en niños. En Chile la prevalencia de sobrepeso/obesidad es mayor a un tercio de la población.

Del mismo modo la prevalencia de ronquido es similar tanto para adultos y niños.

La frecuencia del ronquido y no necesariamente la intensidad se relaciona mayor riesgo, es así como el ronquido habitual, es decir, más de 3V/semana tiene un mayor riesgo.

Existen encuestas simples, que pesquisan situaciones durante el día relacionadas a mala calidad del sueño, asociadas a trastornos respiratorios del sueño.

  • Si Ud. tiene sobrepeso, es mayor de 30 años, fuma, tiene problemas con el control de su presión arterial o de las glicemias, tiene mayor posibilidad de tener trastornos respiratorios del sueño, donde su expresión más intensa es la apnea obstructiva del sueño.

Si bien la prevalencia de Apnea obstructiva del sueño es de aproximadamente 4%, aquellas personas con mal dormir y ronquido habitual también tienen mayor riesgo de salud vinculadas a problemas metabólicos, cardiovasculares y de habilidades intelectuales, entre otras.

Es interesante como en los últimos años y fundamentalmente en adultos, se ha sugerido que personas con factores de riesgo, con ronquido habitual y con puntajes mayores en las encuestas tienen un buen rendimiento diagnostico con exámenes ambulatorios como es la Poligrafía.

Es recomendable que considere consultar a su médico si tiene ronquido habitual y síntomas sugerentes de trastornos respiratorios del sueño.

De esa manera, su médico podrá orientar su estudio.

Siempre es positivo considerar un cambio de estilos de vida a realizar ejercicio regular, controlar el peso, alimentación saludable, evitar el fumar y tener una buena higiene de sueño.